28 diciembre 2007

LA BATALLA DEL ABORTO EN AMÉRICA LATINA


Introducción

Hay una serie de ataques contra la vida humana en América Latina, silenciosos y sutiles, pero no menos reales. Incluso, dejan muchas más víctimas que todas las guerras que se han librado en el mundo y estas víctimas son las más inocentes e indefensas que existen. Se trata de los ataques a la vida humana perpetrados por el aborto quirúrgico y el aborto farmacológico.

Las organizaciones que llevan a cabo estos ataques utilizan estrategias inteligentemente engañosas y muy eficaces para llevar a cabo su objetivo de dominio económico e ideológico sobre nuestros países hispanos. Sobre esas estrategias me voy a referir.


Un poco de historia

La ofensiva para implantar legalmente el aborto en el mundo adquirió fuerza en los años 70, cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos declaró, en 1973, en el caso Roe vs. Wade, que la penalización de ese crimen era contraria a la Constitución americana, porque violaba los derechos a la privacidad de las madres que querían someterse al aborto.


Después, la ofensiva abortista se extendió a Europa

En los años siguientes, tuvo especial relieve la despenalización del aborto en los países europeos, cuya mayoría forma hoy la Unión Europea, la cual pugna por implantarlo entre sus miembros, como también en los países sobre los cuales pueda influir. Comenzando por los países protestantes y siguiendo por los católicos, los países fueron cayendo en este auténtico genocidio programado de los no nacidos. El último en hacerlo, hasta el momento, fue Portugal.

La táctica para conseguir su aprobación consiste en hacerlo inicialmente de modo restringido, quedando para etapas posteriores su ampliación, hasta llegar al aborto libre.

Para lograr esa liberalización total del aborto son usados los más variados artificios de presión de la Unión Europea para hacer capitular a las naciones resistentes. Después de imponer el aborto en casi todos los países miembros, ahora tratan de hacerlo en Polonia, y no tardarán las sanciones comerciales, migratorias u otras de la burocracia paneuropea sobre los demás pueblos que resistan.


Ponderables obstáculos a la implantación mundial del aborto

No obstante, el panorama mundial para los abortistas no es nada favorable, pues no cesa de crecer la reacción de la opinión pública norteamericana contra esta masacre que se realiza de modo continuo. Hasta ahora, en más de la mitad de los Estados de ese país, el aborto está siendo progresivamente condicionado y está en vías de ser sometida a revisión la propia sentencia de 1973, que declaró el aborto conforme a la Constitución.

Al mismo tiempo, en las naciones europeas, se van produciendo reacciones vigorosas ante el resultado nefasto que la despenalización de ese crimen tiene en todo el Continente, ya que el aborto ha tornado negativa la tasa del aumento demográfico, con lo cual Europa se va ‘deseuropeizando’. La falta de mano de obra, ha hecho necesario tolerar una verdadera avalancha migratoria proveniente de diversos países del Medio Oriente e incluso Oriente, como también del África, lo que ha hecho que el factor foráneo en las masas obreras haya crecido sin cesar, dando origen a crecientes conflictos religiosos, sociales y raciales.


Grandes esfuerzos por implantar el aborto en Latinoamérica

Ante esta realidad, los activistas anti-natalidad temen que se produzca en un futuro próximo un cambio en la opinión pública, cada vez más favorable a la penalización del aborto, lo que quieren evitar a toda costa aprobando cuanto antes el aborto en Latinoamérica.

Dichas organizaciones son, principalmente, la Federación Internacional de Planificación de la Familia o IPPF por sus siglas en inglés (International Planned Parenthood Federation); la Organización de Naciones Unidas (ONU), especialmente su Fondo de Población (FNUAP o UNFPA, por sus siglas en inglés); el Population Council (Consejo de Población) y las organizaciones feministas extremistas como Isis Internacional (con sede en Santiago de Chile), entre otras.

El problema no es fácil de resolver para los promotores del aborto simplemente porque la opinión católica del Continente es frontalmente contraria a la legalización de este crimen.


La táctica de los activistas abortistas

Mónica Roa, activista pro-aborto colombiana, la cual consiguió la aprobación del aborto en su país, enseña a colegas argentinos las tácticas empleadas por ella. En el Seminario Internacional Aborto, Derechos, Subjetividad y Poder, realizado el 4 de agosto de 2006 en Riobamba, la activista explicó la táctica que empleó para conquistar la opinión pública de Colombia, análoga a la que se podría elaborar en un cuartel general de ejército para conquistar un país.

La estrategia tenía un nombre: “Litigio de Alto Impacto en Colombia de constitucionalidad del aborto”. También unos objetivos precisos, obtener: “1) Una decisión favorable de la Corte (Constitucional) y 2) Un cambio en la opinión pública”.

Para ello, “utilizamos tres estrategias fundamentales: (…) un cambio en los términos del debate. La segunda es un cambio en la instancia frente a la cual se está dando el debate, y la tercera es un cambio frente a los actores que están participando en el debate”.


PRIMERA ESTRATEGIA: Cambio en los términos

“Lo que nosotros hicimos primero fue estudiar cuáles eran los términos en que se venía dando el debate. Hicimos un estudio de los archivos de prensa desde el año 1973 para ver cómo los medios de comunicación cubrían el tema. Ahí vimos que el debate siempre era de moral y religión. Nosotros lo cambiamos radicalmente. Tratamos que el aborto siempre fuera visto como un problema de salud pública, derechos humanos y equidad de género”.

‘Maternidad sin riesgos’

“Desde un primer momento enmarcamos el debate precisamente como una violación al derecho a la vida, a la salud y a la integridad de las mujeres. En Colombia el aborto es la tercera causa de mortalidad materna”.

“Además utilizamos mucho todas las interpretaciones que hay del derecho internacional (…) nunca ninguna Corte ha reconocido derechos al hijo no nacido”.

“Cuando se habla de aborto y de derecho a la vida, el Derecho Internacional dice que se viola el derecho a la vida de las mujeres, por parte de los países que tienen unas leyes de aborto altamente restrictivas, por la causalidad tan directa que hay entre la restricción al aborto y la mortalidad materna”.

La organización proabortista que lleva a cabo esta estrategia de la "maternidad sin riesgos" de una manera particular es "Family Health International".

La primera variante de la estrategia de la "maternidad sin riegos" consiste en exagerar el número de mujeres que mueren por aborto ilegal en América Latina, para entonces alegar que hay que legalizar el aborto para que éste sea "seguro" para la mujer. Esta estrategia se empleó con éxito en Estados Unidos para lograr en 1973 la legalización del aborto a petición, desde la concepción hasta el proceso mismo del nacimiento. Los proabortistas decían que en Estados Unidos cada año morían de 5 mil a 10 mil mujeres por aborto ilegal (aborto realizado en condiciones de riesgo, le llaman ellos). Estas cifras son contradichas por los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC) de ese país, que reportaron entre 50 y 100 muertes maternas por aborto ilegal en los años que precedieron a la legalización del aborto en 1973. Sin embargo, la fuerte propaganda proabortista, con la ayuda de los medios de comunicación, pudo más que la verdad.

Otro caso emblemático es el de España: La ley de 1983 de despenalización del aborto en tres casos concretos, adoptada bajo la presión de los partidarios del aborto se basaba en la cifra claramente exagerada de 300.000 abortos clandestinos anuales en el país. En los seis primeros meses siguientes a la legalización parcial del aborto sólo se registraron 200 casos en toda España .

Desde hace algunos años esta misma estrategia se emplea para lograr el mismo objetivo en América Latina, si bien ello se niega en público debido a que el aborto es ilegal en la mayoría de nuestros países. Por ejemplo, en México, activistas como éstos citaron las cifras de la Cámara Nacional de Hospitales, la cual reportó en 1991, 300.000 muertes maternas por aborto ilegal al año en ese país. Sin embargo, según reportó el Anuario Estadístico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 1988, en ese país murieron en 1983 sólo 177.420 mujeres de todas las edades y por todas las causas; 22.330 de ellas en edad fértil. La OMS también reportó 216 muertes debido a los abortos, sin especificar si esta cifra incluía o no los abortos espontáneos. Hay que aclarar que la OMS no se destaca precisamente por ser una organización a favor de la vida.

Es necesario denunciar la falsedad de equiparar el aborto legal con el aborto "seguro". Todo aborto es trágico. En primer lugar, siempre es mortal para el niño no nacido. En segundo lugar, es dañino psicológica y físicamente para la mujer. En algunos casos es mortal también para ella.

Una de esas muertes ocurrió el 19 de diciembre de 1995. A Carolina Gutiérrez se le practicó un aborto legal en la clínica Maber Medical Center de Miami, Estado de la Florida. Poco después, la joven nicaragüense de 21 años llamó a la clínica donde le practicaron el aborto, para reportar los intensos dolores que estaba sufriendo. Ni siquiera le hicieron caso. Dos días después yacía en estado de coma en el Hospital Jackson Memorial, en Miami, con el útero perforado. Los médicos le amputaron las dos piernas para intentar salvarle la vida, pero el 5 de febrero de 1996 Carolina murió, dejando a dos niños huérfanos y a un desconsolado viudo, que no quería que su esposa abortara ni sabía que planeaba hacerlo. Sin embargo, el Estado de la Florida autorizó a la clínica a renovar su licencia, que expiraba en junio de 1996. Este es sólo uno de incontables casos similares que suceden a menudo en Estados Unidos.

Es necesario aclarar también que cuando el aborto se legaliza su número aumenta mucho y por tanto el número total de muertes y lesiones maternas debido al aborto aumentan también, si bien el porcentaje de riesgo por mujer es menor. En Estados Unidos, por ejemplo, antes de la legalización del aborto a nivel nacional en 1973, había de 100.000 a 200.000 abortos al año. Ahora hay aproximadamente millón y medio anualmente. El número de abortos ha aumentado aproximadamente 15 veces. El número total de muertes y lesiones maternas por tanto ha aumentado.

Como afirma José Joaquín Ugarte: “Se piensa que la legalización del aborto lo multiplica, y se ha observado que de una ley que permite el aborto en forma restrictiva, se pasa a otra que lo autoriza ampliamente. Es decir, la legalización del aborto tiene un efecto multiplicador, lo que es muy natural, pues fomenta el desenfreno, el que a su vez aumenta los casos de aborto.”

La segunda variante de la estrategia de la "maternidad sin riesgos" es la promoción de las excepciones, concretamente en este caso la del mal llamado aborto "terapéutico". Se le llama así al aborto que se practica con el pretexto de salvar la salud o la vida de la madre.

El objetivo aquí es ganarse la aceptación de la gente, alegando una falsa "compasión". En realidad lo que se busca, una vez aceptado el aborto "terapéutico", es aumentar las excepciones" hasta llegar al aborto a petición.

Para refutar esta estrategia se necesita primero, por supuesto, mostrar el caso de Estados Unidos y de otros países que han ido de las excepciones al aborto a petición y por cualquier motivo. Ese es precisamente el caso de Estados Unidos. El Tribunal Supremo de ese país emitió dos fallos el 22 de enero de 1973: Roe v. Wade, por medio del cual legalizó el aborto por cualquier razón durante los tres primeros meses del embarazo y lo permitió sólo por razones de "salud" y vida de la madre durante el resto del embarazo; y luego Doe v. Bolton, por medio del cual echó abajo su propia limitación ampliando el sentido de la palabra "salud". El resultado es que tenemos aborto legal a petición en Estados Unidos hasta el momento mismo del nacimiento. Este mal llamado "derecho de la mujer" se extendió más tarde, por medio de otro fallo, a las jovencitas menores de edad, sin el consentimiento paterno, y a las mujeres casadas, sin el consentimiento o conocimiento de su esposo.

‘Equidad de género’

Según Mónica Roa “como lo dice el Código de Ética encargado de monitorear la Convención para eliminar todas las formas de discriminación contra las mujeres (CEDAW) no hay ninguna práctica médica que sea necesitada sólo por los hombres que esté considerada un delito. Pero una práctica en salud que las mujeres sí necesitan se considera un delito. Por lo tanto aquí hay una clara discriminación”.

‘Justicia social’

Y prosigue Mónica Roa: “Otro argumento que se une perfectamente con la justicia social (…) es cuando las mujeres tienen recursos. Esas mujeres con recursos pueden pagar un médico privado o viajar a otros países donde el aborto sea legal sin ningún problema. Son las mujeres con escasos recursos (…) las que realmente terminan pagando incluso con su vida, la total penalización del aborto (…)”.

“Entonces, esa fue la manera como cambiamos los términos del debate”.

La ‘Salud Reproductiva’

Las organizaciones proabortistas, especialmente la ONU y la IPPF, han incluido entre los derechos humanos el derecho a la "salud reproductiva". El término "salud reproductiva" fue definido en la Conferencia de Población en El Cairo en l994, como "la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos, así como de procrear, y la libertad para decidir hacerlo o no hacerlo, cuándo y con qué frecuencia." Y se supone que es "necesario" el uso de los anticonceptivos (especialmente los que son abortivos), la esterilización y el aborto, como medios para alcanzar o mantener la "salud". Puesto que los promotores de la "cultura" de la muerte alegan que todos los gobiernos están obligados a implementar el Programa de Acción de El Cairo, la conclusión es obvia: el libre acceso (incluyendo el de menores de edad) al aborto, a los anticonceptivos y a la esterilización, se convierte en un derecho humano inalienable, al que ningún gobierno o autoridad (eclesiástica, familiar, etc.) podrá sustraerse.

El Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM) ha propuesto una reinterpretación muy similar de los derechos humanos a la de la "salud reproductiva". Se trata de la reinterpretación desde la "perspectiva de género". El término "género" aquí no se refiere a los sexos masculino y femenino, sino que es un eufemismo que se refiere a una ideología que niega el fundamento natural de los roles tradicionales del hombre y la mujer y que alega que todos ellos, incluyendo el concepto mismo de la maternidad, son puras invenciones sociales sujetas a cambio. En este contexto, la sexualidad es reinterpretrada para que incluya como "normales" el homosexualismo, el bisexualismo, el trasvestismo y toda clase de aberraciones sexuales. También incluye por supuesto lo dicho anteriormente sobre la "salud reproductiva". En su "Declaración de los derechos humanos desde una perspectiva de género", presentada ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en el 50 Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, CLADEM incluye entre los "derechos sexuales y reproductivos", no solo el derecho a la "libertad en la orientación sexual", sino también "al aborto seguro y legal".

La ‘Educación’ Sexual

No existe ningún estudio que demuestre que la "educación" sexual que promueve, sutil o no tan sutilmente, la "planificación familiar" con el pretexto de impedir el aborto, los casos de enfermedades de transmisión sexual y los embarazos fuera del matrimonio; haya podido impedir todos estos problemas. Es más, este tipo de "educación" sexual ha contribuido precisamente al aumento de los mismos, debido a que ha fomentado la promiscuidad.

Para la IPPF y sus aliados, la "sexualidad responsable" significa el derecho a tener relaciones sexuales a cualquier edad, sin estar casados y con quien sea (hombre o mujer), siempre y cuando se utilicen anticonceptivos y especialmente preservativos o condones suministrados a muy bajo precio, era que no, por la IPPF y sus filiales.

De hecho, cuando el uso de la anticoncepción se generaliza, tarde o temprano los que la promueven solicitarán la legalización del aborto, para los casos en que "fallan" los anticonceptivos, sobre todo en lo que se refiere a los jóvenes. Esto fue precisamente lo que sucedió en Estados Unidos, donde en un corto período de tiempo, Paternidad Planificada pasó de exigir y obtener ante el Tribunal Supremo el "derecho" de los jóvenes menores de edad a todos los métodos anticonceptivos (en l972), a demandar y obtener también, el derecho de las menores de edad a practicarse un aborto, sin que sus padres siquiera se enteren (fallo del Tribunal Supremo en Planned Parenthood vs Danforth, 1976).


SEGUNDA ESTRATEGIA: Cambio de instancia

Afirma Mónica Roa: “La segunda estrategia fue el cambio de instancia (…) se habían presentado cinco o seis proyectos de ley en el Congreso de la República y todos fracasaron. Habían fracasado claramente por que a pesar de ser un Estado laico, la Iglesia Católica sigue teniendo mucho poder dentro del contexto colombiano. (…) me encontré con muchos políticos que me decían que estaban contentos que el tema estuvieran en la Corte porque ellos podían estar de acuerdo, pero no podrían votar a favor en el Congreso, por que si lo hacían la Iglesia Católica va a los pueblitos donde los eligen y los domingos hacen homilías o sermones en contra y se les acaban los votos”.

“En Colombia tenemos un sistema constitucional que facilita bastante este proceso, porque cualquier ciudadano o ciudadana puede presentar la demanda de inconstitucionalidad directamente frente a la Corte Constitucional. (…) en Colombia la Constitución Nacional incorpora los Tratados de Derechos Humanos que han sido ratificados”.

(Los tratados) “de manera expresa dicen: ‘nos preocupa mucho que el aborto sigue siendo penalizado en todos los casos, le recomendamos al país revisar sus normas sobre abortos para que por lo menos no sea penalizado en los casos más extremos: peligro para la vida de las mujeres, violación, malformaciones fetales graves, etc.’”

“Como aporte, le llamo la atención sobre la existencia de estas Cortes Internacionales que últimamente se ha mostrado abiertas a la recepción de este tipo de casos (…) las posibilidades de que la decisión sea favorable son altísimas…”

La ONU les está reconociendo cada vez más importancia e influencia a las ONG en sus conferencias mundiales. El problema está en que la ONU es la que acredita o desacredita a las ONG que desean adquirir estatus para participar en los foros de ONG que se celebran paralelamente a las conferencias de la ONU. Dada la ideología de la ONU, no es de sorprenderse que la mayoría de las ONG acreditadas son las propias filiales de la IPPF, así como organizaciones feministas proabortistas.

De vez en cuando la ONU acredita a alguna que otra ONG pro vida (aunque a Human Life International le negó dicha acreditación). Sin embargo, cuando se convocan las conferencias de la ONU, estas ONG encuentran innumerables trabas burocráticas para participar plenamente.

Además, cuando las ONG pro vida solicitan fondos para sus actividades, incluyendo para su participación en las ya mencionadas conferencias, la ONU se los niega porque no incluyen la "planificación familiar" en sus proyectos de salud o desarrollo. En cambio, las otras ONG sí cuentan con dinero suficiente para emplear personal a tiempo completo, para ir a todas las reuniones, así como para quedarse a dormir cómodamente y a comer opíparamente en los mejores hoteles.

¿Qué tiene que ver todo esto con la soberanía de los países hispanos y con el cambio de sus leyes? Muy sencillo: las ONG representan la "voz del pueblo", o en términos de la ONU y de la IPPF, de la "sociedad civil". Contradecir la voluntad de la "sociedad civil" es contradecir la "democracia", es traicionar la propia soberanía. De manera que cuando la ONU termina una de sus famosas conferencias y emite un documento que expresa el sentir, no sólo de los delegados, sino de las ONG que han realizado un intenso cabildeo; ese documento, que se encuentra plagado de "hermosos" términos, como "salud reproductiva", "salud sexual", "derechos reproductivos", "perspectiva de género", etc., proporciona un instrumento con el cual ejercer una enorme presión sobre los gobiernos latinoamericanos, cuyas leyes no se ajustan a las nuevas aspiraciones de la "sociedad civil". Para decirlo con claridad: la soberanía de nuestros países es violada elegantemente por la "sociedad civil".


TERCERA ESTRATEGIA: Cambio de los actores

“Obviamente como el debate era originalmente religioso, los periodistas a las primeras personas a las que iban a entrevistar cuando había algún debate o alguna noticia era a representantes de la Iglesia Católica. Era la fuente principal para los periodistas”.

“Logramos que eso cambiara diversificando, democratizando los actores. Obviamente cuando hablamos del aborto como un tema de salud pública, los expertos en salud pública tienen cosas importantes que decir. Los médicos, los grupos feministas, aunque a veces tienen posturas igual de radicales que la iglesia. En este caso, yo adopté una posición moderada, en donde simplemente pedía la despenalización del aborto en los casos más extremos, donde estaba en riesgo la vida o la salud física y mental de la mujer por casos de violación, incesto o cuando hay malformaciones fetales graves”.

“Enseguida todos los grupos que mujeres feministas salieron diciendo que lo que se necesitaba era la despenalización total. Esto posibilitó que yo pudiera seducir a este sector de la población que está en la mitad. Que no está casado con ninguno de los dos extremos. A través de un debate que no fuera apasionado sino muy racional, muy sentado, muy moderado, con argumentos, se logró seducir a la mayoría de la sociedad”.


Estadísticas

“Cuando presentamos la demanda en abril de 2005, el 85% de la población colombiana estaba en contra de cualquier tipo de despenalización. En marzo de 2006, antes de que la decisión final saliera, ya teníamos el 55% de la población a favor de la despenalización parcial del aborto, en los términos en que yo había solicitado a la Corte”.

“De repente se volvió ‘el tema más importante en el que todo el mundo tenía que hablar’. A favor o en contra”.

“Por primera vez se volvió tan importante, que pasó a ser políticamente incorrecto no apoyar”.


Divide y Vencerás

La organización mal llamada "Católicas por el Derecho a Decidir" o CDD, surgió en Estados Unidos hace unos años, precisamente con este propósito de dividir y confundir, y de desacreditar a la Iglesia Católica y a la Santa Sede en las conferencias de la ONU. La CDD tiene estatus de ONG ante la ONU y junto a las otras ONG que promueven el aborto y la "planificación familiar" ejerce mucha influencia en las conferencias de esta organización.

La CDD ha recibido más de 8 millones de dólares por parte de más de 30 fundaciones estadounidenses para llevar a cabo actividades a favor de la "planificación familiar" en América Latina, incluyendo el intentar cambiar la doctrina católica al respecto. Entre las fundaciones que le han suministrado fondos a la CDD están la Fundación MacArthur, la Fundación John Merck, la Fundación Rockefeller Dayton, la Fundación Playboy y la Fundación Ford (esta última ya no tiene vínculos con la compañía automotriz del mismo nombre).

Actualmente la CDD tiene sucursales en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú. En la Argentina tiene dos oficinas, incluyendo la regional para toda la América Latina, que está en Córdoba.

La CDD alega ser "una organización para la justicia social", sin embargo, promueve la anticoncepción, el aborto y el "derecho" a la libre "opción sexual", o sea, el homosexualismo.

En el caso que estamos estudiando, el Episcopado colombiano tuvo una reacción de aparente desconcierto: algunos prelados tuvieron reacciones enérgicas, pero fueron desautorizados por otros que no deseaban que hubiese polémica; otros hablaron de excomunión de los abortistas, pero nadie llegó a formularla; otros convocaron a manifestaciones improvisadas, que resultaron un fracaso; y la mayor parte se quedó callada. Y si en algo coincidieron los Pastores fue en consentir en que la polémica se situase en el aspecto jurídico, y no en el religioso y moral, con lo cual perdieron casi toda la fuerza de los argumentos y mucha de la influencia movilizadora sobre el pueblo católico.

Esta fue una dura lección para los demás países del Continente: es fundamental nunca olvidar ni omitir las razones fundadas en la Fe para la defensa de la Moral.

Como explica Mónica Roa: “Yo abogada hacía la parte de política de algo impacto. Católicas por el Derecho a Decidir criticaba a la Iglesia y me ayudaba a mantener un eje en el debate, las feministas organizadas marchaban y manifestaban en los espacios públicos, los universitarios organizaban debates académicos, los comunicadores sociales escribían y sostenían las editoriales. Cada cual apoyaba al proceso desde lo que sabía hacer. Los médicos experto en malformaciones, hablaba de malformaciones fetales. Una multiplicación de actores y cada cual hablando y haciendo de lo que sabía”.

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